1. El sacrificio tiene dos significados: el primero, renunciar a algo, y el segundo, convertir algo en santo o sagrado. Por tanto, cuando ambos aspectos son posibles en la escena de un sueño, estamos preparados para renunciar a nuestro ego o individualidad por algo superior o más importante que nosotros mismos. Con frecuencia, un sacrificio se lleva a cabo a causa de creencias sostenidas apasionadamente, que suelen ser de origen religioso.
2. Al hacer sacrificios, suele existir la expectativa de una recompensa justa, normalmente espiritual. Quizás exista un elemento de compensación pospuesta, ya que no esperamos una recompensa inmediata, excepto la de sentirnos bien o saber que hemos hecho lo que debíamos. Asimismo, siempre aparece un elemento de renuncia a la conducta egoísta, que ya no es adecuada, para seguir la corriente de la vida.
Sacrificar un animal sugiere que advertimos cómo nuestros instintos más básicos y bajos pueden abandonarse, para aspirar al poder espiritual. Debemos estar preparados para reconocer nuestra condición humana, pero desprendiéndonos también de la complacencia. Tal vez exista un altar para el sacrificio, o bien éste suponga matar y cocinar al animal siguiendo cierto ritual. Si el animal está dispuesto al sacrificio, estamos dispuestos a transformar el instinto en energía espiritual. Si se trata de una liebre o un conejo, el sueño simboliza la resurrección.
3. El sacrificio es un aspecto importante del crecimiento espiritual. Significa renunciar a lo inferior por la recompensa de lo superior.
